Crónicas Regenerativas, tras un taller con el Trabajo que Reconecta

Dos participantes del Taller «Culturas Regenerativas» que tuvo lugar en agosto de 2022, Marta y Andreu, han escrito la siguiente crónica sobre su experiencia y sus aprendizajes ¡Gracias!

El mundo se sustenta en base a una o varias narrativas, historias que nos contamos sobre cómo funcionan las cosas, lo que está bien y lo que está mal, qué es el éxito y qué el fracaso…

Hasta que el pez no salta fuera del agua, hasta que la persona no viaja a otras culturas o se encuentra con algo o alguien que le rompe totalmente los esquemas, esa historia no se reconoce como una forma más de ver el mundo, no el mundo en sí.

Visitamos una encina milenaria, una fuente de inspiración para crear un mundo más resiliente.

Respecto al cambio climático y la crisis ecosocial que se nos viene encima, hay dos narrativas predominantes y una que surge para enfrentarlas. Las crisis no son más que contratiempos temporales, inherentes al sistema capitalista. El cambio climático será abordado con alguna tecnología milagrosa, al igual que la crisis energética. Visitamos una encina milenaria, una fuente de inspiración para crear un mundo más resiliente.

La segunda narrativa es la del Colapso. La historia del Colapso nos aterra y nos deprime. Algunos consiguen seguir trabajando a favor de la vida, aunque hayan abandonado toda esperanza. Muchos otros prefieren mirar a otro lado y aceptar que el Colapso es inevitable y lo único que tiene sentido es disfrutar mientras podamos». Nadie importante, al menos . ¿Qué más da que un ciudadano más siga con su vida y trate de olvidar la crisis que está al caer?

No pensábamos que fuéramos a cambiar el mundo, no se trataba de eso.

Sentíamos que estábamos trabajando a favor de la vida.

Según la historia del Gran Giro, después del Colapso, o mientras este se está produciendo, la humanidad aprende a vivir de otra manera, de una manera más armoniosa con la vida.

Reconocemos el valor de la vida y nos sentimos en hermandad con ella, en lugar de tratar de extraer el máximo provecho.

Cada iniciativa que realizamos a favor de la vida y de una alternativa a este sistema moribundo forma parte del Gran Giro, dé o no dé los frutos esperados.

Una de las iniciativas que hemos experimentado hace poco ha sido la del taller de Culturas Regenerativas organizado por Extinction Rebellion cerca de Zaragoza.

Participamos casi treinta personas, de distintas partes de España, distintas luchas y distintos colectivos, en un taller cuyo objetivo era regenerar el movimiento activista.

El trabajo que reconecta es una espiral de cuatro fases, por las que necesitamos transitar una y otra vez para poder actuar en el mundo y tener un activismo sostenible.

Con la gratitud reconocemos todos los dones que nos han sido entregados, sin pedir nada a cambio, todo lo que hay de bello y bueno en el mundo, la red de vida que nos sostiene.

Nos damos cuenta de cuánto le debemos a los demás y a la vida, engendrando en nosotros el deseo de actuar en el mundo, para devolver al menos una millonésima parte de todo cuanto se nos ha dado.

Después de reconocer el milagro de la vida, seguramente aparecerán en nosotros emociones como la tristeza, el miedo o la rabia, al observar el daño que el ser humano está causando sobre el ecosistema, sobre las culturas del Sur Global y sobre la humanidad en su conjunto.

En el taller ocurrió una sincronicidad muy significativa para nosotros.

Justo habíamos estado en aquella zona tres días antes del taller.

Tuvimos la oportunidad de expresar y compartir ese dolor en el taller, y al hacerlo sentimos la magia de la transmutación.

Es muy raro tener la oportunidad para hablar de lo que nos duele, más aún si es sobre ese tema tabú que es la crisis climática, y qué sanador resulta poder hacerlo.

Después de esta fase vino la de mirar con nuevos ojos, que nos hace darnos cuenta de nuestro lugar en la gran red de la vida y observar que todo está interconectado.

Nos sentimos parte del mundo y nuestro foco se movió naturalmente del bienestar personal al bienestar global.

Cuando un meditador se vuelve hipersensible y le duelen las injusticias que se producen en el mundo, el antídoto es desarrollar sabiduría, intentar tener una visión clara de la realidad.

Así dicho parece fácil, pero es un trabajo de toda una vida. Aunque cueste, es la única manera de poder seguir haciendo nuestro trabajo en defensa de la vida y mantenernos estables y lúcidos.

En una de las actividades del taller, buscamos objetos que simbolizaran nuestro dolor por el mundo. En el momento de cerrar el ritual, entró la gata a beber de un vaso de agua con un papel debajo que decía “vida”. Para nosotros fue una señal de que no hay que perder de vista que la vida sigue ahí, que siempre hay esperanza.

En una de las actividades del taller, buscamos objetos que simbolizaran nuestro dolor por el mundo. En el momento de cerrar el ritual, entró la gata a beber de un vaso de agua con un papel debajo que decía «vida». Para nosotros fue una señal de que no hay que perder de vista que la vida sigue ahí, que siempre hay esperanza.

Nos sorprendieron la enorme cantidad de movimientos, proyectos, personas… que aparecían por todo el mundo.

Los movimientos de Extinction Rebellion por todo el mundo, paralizando a la Máquina, exponiendo lo que los gobiernos no se atreven a investigar.

Las cientos de ecoaldeas solo en España, cada una con una propuesta alternativa al modo de vida que conocemos.

Estamos poco habituados a mirar más allá de lo inmediato, a pensar en las repercusiones a largo plazo, no solo sobre el planeta sino también en nuestras vidas .

Al invitarnos a mirar más allá nos dimos cuenta de que tal vez muchas de las semillas que plantemos ahora no germinarán durante nuestra vida, que muchos proyectos que se han empezado con una visión utópica y han «fracasado» son de hecho el germen de proyectos futuros.

No se nos pide que creemos el nuevo mundo ya, sino que intentemos dar un paso hacia su creación. .

Volver ahí fuera, después de haber estado con una maravillosa comunidad de personas afines, de trasfondos muy distintos pero con un objetivo común, e intentar ser luciérnagas en la noche oscura del mundo, ser «la semilla que parte el cemento».

El mundo se sustenta en base a una o varias narrativas, historias que nos contamos sobre cómo funcionan las cosas, lo que está bien y lo que está mal, qué es el éxito y qué el fracaso… Estas historias dotan de sentido lo que nos rodea, sin ellas no sabríamos vivir en sociedad.

Pero estas historias tienen un problema: no son vistas como lo que son, una invención humana, algo que se superpone a la cruda realidad. Al resultar invisibles y permearlo todo, estas historias influyen sobre la mayoría de nosotros sin que lleguemos a cuestionárnoslas jamás, de la misma manera que el pez no reconoce el agua a su alrededor.

Hasta que el pez no salta fuera del agua, hasta que la persona no viaja a otras culturas o se encuentra con algo o alguien que le rompe totalmente los esquemas, esa historia no se reconoce como una forma más de ver el mundo, no el mundo en sí.

Agradecidos infinitamente por la oportunidad de participar en el taller y por haber podido conocer a tantas personas tan inspiradoras.

Gracias por leernos. Un abrazo,

Andreu y Marta

Sígueles en https://permaprendices.substack.com/

3 respuestas a “Crónicas Regenerativas, tras un taller con el Trabajo que Reconecta

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  1. Gracias me parece una gran ocasión para crecer juntos, este encuentro llega en un momento en le que vuelvo a trabajar muy profundamente en esta dirección

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